Cada laboratorio tiene sus propias necesidades y flujos de trabajo únicos. Por lo tanto, un sistema de gestión de información de laboratorio (LIMS) debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a estos requisitos específicos, lo que comúnmente se denomina personalización o configuración. Aunque ambos términos suelen usarse indistintamente, en el contexto de un LIMS, tienen significados diferentes que es importante entender.
Personalización implica realizar cambios en el código del sistema, normalmente con la ayuda de programadores, para desarrollar nuevas funcionalidades o mejorar las ya existentes. Esto permite que el sistema se ajuste exactamente a los requisitos del laboratorio. Por otro lado, configuración se refiere a la utilización de herramientas ya integradas en el LIMS para satisfacer las necesidades específicas del laboratorio sin necesidad de modificar el código base. Algunos ejemplos de configuración incluyen la definición de roles de usuario, la configuración de fórmulas, la adición de tipos de muestras y análisis, y la creación de flujos de trabajo específicos.
La configuración es fundamentalmente un proceso de reunir y ajustar elementos funcionales del LIMS para reflejar los flujos de trabajo del laboratorio y cumplir con sus necesidades variables. Esta flexibilidad sin necesidad de escribir código permite que un LIMS se adapte rápidamente a los cambios en los flujos de trabajo, las plantillas de informes, los elementos de datos y la terminología utilizada en el laboratorio.
Cuando los laboratorios consideran cómo optimizar la eficiencia de sus sistemas, por lo general enfrentan una decisión crucial: optar por la configuración del sistema o por la personalización. Esta decisión tiene implicaciones importantes, que van desde los costos iniciales hasta la adaptabilidad y la sostenibilidad a largo plazo del sistema.
Una de las consideraciones más importantes es el costo inicial. La personalización requiere una inversión significativa, ya que implica el labor de programadores para implementar los cambios necesarios en el sistema. El mantenimiento de un LIMS personalizado es complejo, a medida que las necesidades del laboratorio evolucionan el código subyacente también debe adaptarse, lo que implica modificar y validar continuamente las personalizaciones.
En contraste, un sistema como Kalenis LIMS que permite una configuración flexible y robusta ofrece una mayor sostenibilidad a largo plazo. La configuración permite a los laboratorios ajustar el sistema de forma rápida y eficiente, sin necesidad de recurrir a desarrolladores para modificar el código base. Esto no solo reduce los costos de implementación y mantenimiento, sino que también facilita la adaptabilidad del sistema a medida que evolucionan las necesidades del laboratorio.
En conclusión, la elección entre personalización y configuración de un LIMS no es sencilla y debe basarse en un análisis cuidadoso de las necesidades específicas del laboratorio. Si bien la personalización ofrece soluciones a medida que pueden satisfacer requisitos muy específicos, también conlleva un mayor costo y complejidad en términos de mantenimiento y actualización. Por otro lado, la configuración de un LIMS proporciona una solución más económica, flexible y fácil de gestionar, lo que puede ser crucial para la sostenibilidad a largo plazo del sistema.
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